jueves, 16 de noviembre de 2017

La iglesia y la edad media 


Como ya se ha mencionado el cristianismo y la iglesia tenia un importante papel en la edad media debido a su riqueza y poder. La iglesia se contraponía al desorden, la ignorancia y la violencia de la sociedad feudal. Todos los miembros de la Iglesia conformaban el clero, que se dividía en dos: el clero secular y el clero regular. El jefe espiritual de todos era el Papa.
El clero secular eran aquellos miembros de la Iglesia que vivían en el mundo, mezclados con los laicos: el Papa, los arzobispos, los obispos y los párrocos.
Los párrocos eran los que estaban al mando y regulaban pequeños distritos llamados parroquias. Varias parroquias formaban una diócesis, cuyo jefe era un obispo, y varias diócesis formaban una arquidiócesis, dirigida por un arzobispo. 
Por otra parte el clero regular se caracterizaba por sus miembros los cuales optaban por aislarse del mundo y vivir en monasterios regidos por un abad. Seguían, además unas reglas específicas. Su regla se basaba en el lema "ora et labora", es decir, reza y trabaja.
En Occidente, el monacato lo inició San Benito de Nursia, quien fundó la orden benedictina, la cuál obligó a sus miembros a cumplir votos de obediencia, castidad y pobreza. La regla de San Benito fue respaldada por el Papado.

  • Movimientos heréticos 


Los movimientos heréticos eran distintas interpretaciones y corrientes de pensamiento vinculadas al cristianismo que, en el algunos casos, se alejaban sustancialmente de los dictados de Roma. Los principales movimientos heréticos (aunque no los únicos) que convulsionaron Europa durante la edad Media fueron los siguientes:



Priscilianismo: Esta corriente surgió como un rechazo a la creciente riqueza y relajación de costumbres que presentaba la Iglesia de Roma y defendía que la Iglesia debía volver a la pobreza. Asimismo, ente otros cambios, una de las tesis más revolucionarias en aquel momento que defendía el priscilianismo era que la mujer debía tener un papel protagonista en el ámbito eclesiástico, debía disfrutar de una amplia libertad y, además, debía tener autoridad en el contexto cristiano.

Adopcionismo: La idea que defendía el adopcionismo era que Jesús no era un ser divino desde su origen, sino que había sido adoptado por Dios para actuar como su hijo en la Tierra. El adopcionismo cobró una gran importancia durante los primeros siglos del cristianismo, ya que este dictado era fácil de vincular con la cultura clásica, donde muchos héroes habían alcanzado la condición de dioses en reconocimiento a sus actos o hazañas, o con la judía, donde se consideraba que el Mesías era un humano elegido por Dios.

Los cátaros o albigenses: Los cátaros defendían que el mundo estaba compuesto por una realidad dual, el mundo físico, creado por el Demonio o el Diablo, y el Reino de los Cielos o de Dios, que se encontraba más allá de los límites del ámbito material. Para ellos, el alma era el único elemento sagrado del ser humano, considerando el cuerpo como una vestidura terrena a la que no debía darse importancia. La herejía cátara se ha convertido en la más popular y conocida de todas las herejías cristianas medievales, en buena medida gracias a la inmensa cantidad de novelas y películas que se han creado en torno a ella 

Los husitas: La última de las grandes herejías medievales antes de la llegada de los movimientos protestantes fue la de los husitas. La llamada “iglesia husita” surgió en Bohemia en el siglo XV, los husitas expresaban que la Iglesia se había apartado hacía mucho de los preceptos de la Biblia, que se había convertido en una autoridad terrena rica y degenerada y que la única autoridad a la que debía obediencia era a la del Libro Sagrado.







Fuentes:



No hay comentarios:

Publicar un comentario