jueves, 16 de noviembre de 2017

El islam y su relación con Occidente




A mediados del siglo VII, surgió en la península arábiga la que sería una de las más importantes religiones a nivel mundial: el islam. La península arábiga es una zona en donde predomina el clima árido, cuyo paisaje principal es el desierto. Allí vivía una serie de tribus nómades de religión politeísta, que practicaban el pastoreo de camellos y cabras. Los únicos grandes asentamientos urbanos de esta región fueron La Meca y Medina, ciudades comerciales que surgieron gracias a las rutas que seguían las caravanas de mercaderes con rumbo a Persia o Bizancio. Mahoma (570-632), profeta fundador del islam, nació en La Meca y, tras una experiencia mística, comenzó a predicar un mensaje que hablaba de un solo dios, Alá, y de la importancia de la caridad. En el año 622, conflictos relacionados con esta nueva fe lo obligaron a salir de La Meca en dirección a Medina. Esta fecha se conoce como Hégira y marca el comienzo del calendario islámico. El año 630, y tras reclutar un ejército de musulmanes, Mahoma vuelve a La Meca victorioso. En el año 632, solo dos años después de su muerte, toda la península arábiga se había unificado en torno a esta religión, dando inicio a un período de expansión.
 El libro sagrado del islam es el Corán, el cual contiene el mensaje divino para los seres humanos y aborda los fundamentos, los principios éticos y valóricos de la religión. Para los musulmanes, la forma más plena de revelación es a través del islam o sumisión a la voluntad divina. El principal precepto es la fe en Alá, y en el reconocimiento de Mahoma como su profeta. Aunque se admite la existencia de profetas anteriores, como Abraham o Jesús, se considera a Mahoma el último y más importante. El Corán también plantea principios políticos y jurídicos que permitieron ordenar la sociedad musulmana. La principal autoridad religiosa y política era el califa. Los califas fueron, entonces, los sucesores de Mahoma. Al lado de la autoridad principal estaban los visires, quienes oficiaban como ministros de Estado.
  • España musulmana o Al-Ándalus
 La expansión de los árabes musulmanes llevó a que en el año 711 conquistaran gran parte de la península ibérica, dando inicio a un dominio que duró por casi 800 años. La llegada de los árabes a España se produjo a través de la guerra y los pactos. En ambos casos, la consecuencia fue la misma: el fin del dominio visigodo, aunque algunos de sus nobles conservaron su libertad, bienes y religión, por haberse rendido sin resistencia. Los nuevos territorios adquiridos para el islam fueron conocidos como Al-Ándalus, cuya ciudad principal fue Córdoba, capital del emirato. En principio, el emirato fue dependiente del califato de Bagdad, pero al poco tiempo se independizó (año 776), lo que no significó desconocer al califa como líder espiritual del mundo musulmán. Ello permitió mantener la unidad espiritual y cultural del Imperio. Sin embargo, en el año 929, debido a diferencias entre dinastías, se creó el califato de Córdoba  con su propia administración política y religiosa. Esta situación perduró hasta el año 1031, momento en que se produjo la fragmentación territorial en pequeños reinos, conocidos como taifas. Esto debilitó el poder árabe en la península y facilitó el camino para que Isabel de Castilla y Fernando de Aragón intensificaran la reconquista católica del Al-Ándalus y terminaran expulsando a los árabes en 1492.

A diferencia de lo que ocurría en la Europa cristiana, en el Al-Ándalus floreció la vida urbana. Las ciudades árabes contaban con baños públicos, mezquitas, bibliotecas  y hospitales. A través del Al-Ándalus muchos de los aportes, inventos e ideas del mundo musulmán pudieron llegar a Europa, un proceso de difusión realizado principalmente a través de las rutas comerciales y de las caravanas de mercaderes. Culturalmente, los árabes destacaron por el desarrollo de la literatura y por el rescate de los filósofos clásicos (griegos y romanos), a través de su escuela de traductores, abierta también a judíos y cristianos. Como foco cultural de las ciencias y de la tecnología, alcanzaron un gran desarrollo en matemáticas, astronomía y medicina, disciplinas que cultivaron en la península ibérica.













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